El trabajo es una necesidad de realización, así como un medio de sobrevivencia, por lo que no es suficiente un buen sueldo, un puesto destacado ni tampoco un ambiente de triunfador.

Los seres humanos nunca dejamos de ser emocionales por lo que tenemos necesidades fundamentales que priman sobre otras cosas, así, en apariencia, por un tiempo pareciera que se olvidaran.

Hacen parte de ser humano, el reconocimiento, el ocio, la motivación, el afecto y otra serie de aspectos que pasan a ser parte de nuestra vida, los mismos que se convierten en objetivo o metas personales, motivo por lo que trabajamos, ahorramos y nos endeudamos.

Para que una empresa sea exitosa, no le es suficiente tener una excelente idea ni el mejor diseño de producto o servicio, tampoco es la cantidad de dinero con la que pueda contar, se requiere más que eso, de personal competente, motivado, comprometido y sano anímicamente, y esto se logra creando las condiciones adecuadas que van más allá de una buena y oportuna paga, de una medalla y de la palmada en el hombro.

El empleado necesita de otros asuntos que hacen parte del salario emocional, de la higiene laboral y de salud social, de manera tal que se sientan bien consigo mismo, sin que tengan conflictos ni ningún tipo de situación incómoda que lo haga desvelarse en la noche pensando cómo cambiar su vida para enfrentar un futuro.

Una empresa exitosa protege y valora a sus colaboradores teniendo en cuenta que ellos tienen algo más que les diferencia del reino animal, son emocionales, soñadores y espirituales.

La mejor estrategia de marketing y la solidez financiera no son suficientes para alcanzar el éxito de la empresa, se requiere de una estrategia que considere lo humano de sus colaboradores.