El objetivo de toda organización empresarial se enfoca en ser eficientes de manera tal que logren la productividad esperada.
Entenderemos como productividad la capacidad de hacer la mayor cantidad, de excelente calidad, con los mínimos recursos o al menor costo, obteniendo buenos rendimientos; la eficiencia se define como la manera de utilizar un menor número de recursos para poder conseguir un mismo objetivo.
Productividad y eficiencia van de la mano, ambos son la clave del éxito de los negocios, y es lo que esperan los inversionistas de la empresa creada, así como de todos sus colaboradores.
Para ser eficientes y por ende productivos, necesitamos de objetivos claros, programas bien definidos, indicadores y un sistema de control o auditoría que permitan hacer seguimiento detallado del ejercicio en cuanto al cumplimiento de las metas propuestas, pero hay algo más, se requiere de personal comprometido y enfocado en su tarea, lógicamente ese compromiso es con el que hacer de cada uno en su puesto de trabajo, así como con los objetos de la organización, pero ahí esta uno de los grandes problemas hoy en día.
El mercado laboral actual se compone por una serie de personas, profesionales, técnicos y no profesionales que necesitan una oportunidad de trabajo o un empleo para poder satisfacer sus necesidades y obligaciones, sus compromisos propios.
Difícil encontrar una persona que pretenda ingresar a una firma o marca porque ella es la empresa de sus sueños, la empresa en la que siempre ha anhelado servir y trabajar, las personas buscan donde vincularse y encontrar esa oportunidad para mostrar sus capacidades, y así permanecer y ganar un salario que le supla sus necesidades.
Es común que quienes están buscando empleo, se presenten a varias empresas, probable lo hagan para puestos o vacantes que tengan afinidad a su experiencia o conocimientos, pero vuelvo a recalcar, nunca buscan solo la empresa de sus sueños.
Así tengan esa empresa de sus sueños como su único objetivo, las probabilidades de ser contratado son muy reducidas, inclusive, hasta para ser seleccionado en la entrevista.
Con lo anterior quiero indicar que el mercado laboral este compuesto de personas que tienen compromiso para consigo mismo, para con su familia y posiblemente para con sus acreedores, por lo que una vez sean seleccionados, es necesario que la empresa o firma que los contrata, haga lo que debe para comprometerlo con su tarea en el oficio o cargo que va a desempeñar, y más, con los objetivos de la empresa.
Tengamos presente que la experiencia y las ganas no es suficiente, eso solo muestra que sabe hacer su trabajo, que tiene la formación y las habilidades, además de la necesidad y el interés, pero una cosa es lo que el proceso de selección arroja, y otra cosa es la integración e incorporación en la cultura y las actividades propias de la empresa.
Esto no se logra con una inducción, y menos obligándolo a hacer bien su trabajo, es un proceso de educación, el cual, como todo proceso de enseñanza, requiere de un plan especifico que logre ir transformando su forma de pensar, enseñándole algo nuevo del cual se beneficiará.
Dado lo anterior esto no indica del error que cometan muchas organizaciones contratando a un administrador en la dirección del departamento de gestión humana, un especialista para administrar procesos y con conocimientos básicos financieros y contables, de manera tal que está en capacidad de controlar, dirigir y administrar la nómina, hacer cumplir el reglamento, realizar gestiones propias del proceso de selección, el de contratación y disciplinario, además de programar y coordinar los eventos orientados al bienestar laboral, sin duda tiene e la capacidad suficiente, pero la gestión del talento humano requiere más que eso.
Hoy en día las empresas demandan para su departamento de gestión humana, psicólogos capaces de analizar, entender, dirigir, gestionar y enseñar, es decir, una persona con formación profesional en el manejo y la conducción de la salud mental, de las emociones y otras habilidades propias para intervenir frustraciones, complejos, vicios, hábitos y conductas, cultura, comportamientos y actitudes indebidas.
Es un desperdicio contratar psicólogos para el departamento de gestión humana, y enfocarlos a administrar cosas que no son de su resorte y experticia, que posible, ente pueden aprender y logran hacerlo muy bien, pero no aprovechan su formación y talento cuando lo orientan en asuntos menos importantes que son de un control básico administrativo.
Para gestión humana se requiere entonces de profesionales que evalúen al personal, conociendo su cultura, sus intereses, sus costumbres, sus inquietudes, así como sus lastres y temores, sus frustraciones, los talentos ocultos, para diseñar la estrategia de intervención y cambio en dicha población.
Lógicamente eso requiere de procesos de intervención en capacitaciones, evaluaciones, terapias individuales y de grupos, sin caer en una psicología clínica, pero si en lo que es, en psicología organizacional.
El objetivo de la empresa es lograr una población laboral comprometida con su tarea, con la firma a la que pertenecen, de manera que den lo mejor de sí, que hablen con orgullo de ella, que la defiendan y por convicción propia tengan el mejor comportamiento, así como el mejor desempeño.
En muchas empresas las cosas funcionan no por este tipo de compromiso adquirido, logran que los empleados hagan lo que deben con una política de represión, o solo cuando los están vigilando.
Puede ser más necesario este enfoque del manejo y la administración desde lo psicológico en los departamentos comerciales, el cual está liderado por regla general, por un especialista en mercado y ventas, una persona con elevada capacidad en el campo y mucha experiencia, pero sin nada de habilidades para convencer, para motivar, para lograr el cambio en las personas, para influir en ellos para modificar patrones de conducta, para hacerlos creer y dicho de forma coloquial, resetear su mente orientándolo a ser eficaz y eficiente.
De manera regular en los grupos de ventas, más en vendedores externos, se observa que una cantidad de ellos hacen lo necesario para el cumplimiento de la cuota establecida, pero nada más, porque parte de su tiempo lo usan para asuntos personales o para otros negocios, encontrando algunas veces personas que de manera indelicada dieron uso no apropiado al recaudo del dinero de los clientes, o malograron la fidelidad de ellos.
Las empresas requieren entonces más formación que administración de personal para ser eficientes y productivos.
Podríamos concluir que es el mapa mental de cada persona, es el causante de su estado de satisfacción o insatisfacción, de los problemas de identidad y en general del cómo interpreta la realidad, el cómo valora lo que tiene y lo que hace, es el que le define emoción o no, compromiso o apatía, y una serie de comportamientos y emociones que se reflejaran en lo que hace y lo que puede lograr.
Hay personas que tienen un gran potencial prisionero en sus temores, en sus hábitos o en un pensamiento confuso, el cual se puede intervenir, si se hace lo correcto, nunca tratando de imponer ni tampoco creyendo que el tiempo se encargara de cambiarlo, para la empresa eso sería perder el dinero pagado, así como exponerse a no conseguir el resultado.
Casi que podemos afirmar que el grueso de nuestra población en la actualidad se encuentra seriamente afectada al interior de sí mismo, debido a la situación económica y social en la que nos encontramos, con los consabidos problemas y dificultades de la recesión, inseguridad, inestabilidad y más que suenan amenazantes, además de lo que las redes sociales y medios de comunicación nos torpedean, las noticias negativas sean falsas o verdaderas, así como esa otra comunicación agresiva creando nuevas necesidades e intereses en la población, haciéndoles creer que si no obtienen lo que se les promociona, son menos que los otros, que no serán felices.
Nuestra sociedad está regida por una serie de sofismas que les hace sentir de manera constante insatisfacción, angustia e inclusive ansiedad.
Hoy en día más del 70% de nuestra población tiene problemas de ansiedad, por lo que un gran porcentaje esta medicado, y una cifra ligeramente superior consultan las EPS por enfermedades definidas como psico somáticas.
Esto nos indica el grado de enfermedad de la población, y no se trata de que la empresa preste el servicio médico, pero al menos se debe comprender esta situación y conocer las cifras, eso les hará pensar el cómo diseñar una estrategia que aborde la situación y genere el cambio de conductas y pensamientos para al menos tener una población laboral más sana con respecto a su estado normal en que se encontraban.
“Si no se tiene un por qué, nada de lo que hagamos tendrá razón de ser”.
Esta acción de cambio y mejoramiento debe iniciar con los directivos, pues son ellos los primeros llamados a cambiar, y el primer propósito, es que se conviertan en Excelentes administradores del cambio con su personal para producir el mejoramiento organizacional, verdaderos lideres más que gerentes.
La modificación del pensamiento, la transformación de actitudes, el replanteamiento de los principios y valores, y la sensibilización son entonces parte de los ingredientes fundamentales en el nuevo sistema estratégico para lograr la productividad y la competitividad tan mencionada y esperada por toda organización empresarial.
Solo en la medida que se logre intervenir el disco duro de las personas (mapa mental y su programación) con el fin de ELIMINAR aquellos pensamientos, temores y actitudes (mandatos frenadores y auto saboteadores, al igual que a su AMO tormentoso), se inicia un cambio verdadero acorde a las necesidades y exigencias del mercado.
Por Tito González S